Según un estudio, el vapeo tiene efectos nocivos indiscutibles en los no fumadores al aumentar su estrés oxidativo.
Un estudio reciente de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) destacó recientemente lo que los autores llaman riesgos «claros, inequívocos y preocupantes» asociados con el vapeo.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores seleccionaron una serie de sujetos jóvenes y sanos. Pero sobre todo, para evitar los prejuicios vinculados a las consecuencias del tabaquismo, también se cuidaron de seleccionar a personas que nunca habían fumado un cigarrillo en su vida. Los 32 sujetos se sometieron a una sesión de vapeo de 30 minutos. Antes y después de este experimento, los investigadores recolectaron algunas de sus células inmunes para analizar posibles diferencias en el estrés oxidativo.
Vapear aumenta el estrés oxidativo
Este término se refiere a una batalla muy compleja que se desarrolla constantemente en nuestras células. En resumen, debido a sus propiedades químicas, algunas moléculas intentan robar un electrón a otras moléculas; eso los hace inestable y tóxico para la célula que los aloja. Por tanto, para evitar el desarrollo de patologías es necesario contrarrestar este efecto nocivo; es el papel de antioxidantes. Pero cuando se crea un desequilibrio, puede surgir este estrés oxidativo durable y causar daños graves.
Para fumadores y vapeadores, los investigadores no encontraron diferencias significativas. Entre los no fumadores, sin embargo, el panorama es más alarmante. En este caso, los investigadores concluyeron que una sola sesión de vapeo de 30 minutos podría aumentar significativamente el estrés oxidativo de las células. El efecto también estaría presente en fumadores y vapeadores, pero mucho menos visible, porque estaría enmascarado por un mayor estrés oxidativo general, precisamente por su consumo.
Estos estudios no permiten saber qué compuesto preciso es responsable de este aumento del estrés oxidativo; Por lo tanto, se necesitan más estudios para identificar los mecanismos involucrados, así como para confirmar las razones de la no reacción observada en fumadores y vapeadores. Sin embargo, las conclusiones siguen siendo claras: el riesgo para la salud pública podría ser significativo. Como señalan los investigadores, estos resultados se vieron después de una sola sesión de vaporizador. Los riesgos a largo plazo, con el uso diario, pueden ser aún mayores.
Una pregunta socio-médica compleja
Este estudio complica aún más la ya complicada ecuación del vapeo. Esta práctica se ha convertido en un tema de debate recurrente. Por un lado, el pro-vapeo defiende su interés en materia de salud pública, ya que según la información que tenemos sobre esta última tecnología, parece que estos compuestos son menos nocivos que el tabaco (al menos a muy corto plazo). ).
Por otro lado, sus detractores se preocupan por el fenómeno de la moda que empuja a los no fumadores, a veces jóvenes, a volverse adictos a la nicotina … arruinando así todo interés en el producto, que originalmente se suponía que reemplazaba al tabaco para permitir a los fumadores eximirse. .
La moda de vapear podría ser un verdadero problema de salud pública. © Claudia Ramírez – Unsplash
Además, aunque el e-líquido es menos dañino que el tabaco, eso no significa que sea inofensivo. Y en este momento, todavía nos falta mucho la perspectiva para discutir los efectos a largo plazo. Los signos que se están acumulando lentamente parecen indicar que el vapeo no sería tan inofensivo como afirmaron los fabricantes en los primeros días de esta tecnología; este estudio es actualmente el elemento más tangible en esta dirección. A la espera de que los investigadores descubran las principales consecuencias fisiológicas, en cualquier caso conviene apostar por el principio de precaución y recordar que lo ideal es siempre dejar los pulmones en paz.
El texto del ensayo clínico está disponible aquí.